Síndrome de Peter Pan
En los años 80, el psicólogo Dan Kiley observó que algunos
de sus pacientes se negaban a aceptar las responsabilidades implícitas a la
edad adulta agrupando los comportamientos que éstos presentaban bajo el nombre
de‘Síndrome de Peter Pan’.
Desde entonces, el síndrome de Peter Pan es definido como el
conjunto de características que sufre una persona que no sabe o no quiere
aceptar las obligaciones propias de la edad adulta, no pudiendo desarrollar los
roles (padre, pareja, etcétera) que se esperan según su ciclo vital o
circunstancias personales.
El síndrome de Peter Pan es más frecuente en varones y
habitualmente se asocia a problemas para proporcionar seguridad a otra persona,
ya que ellos mismos son los que necesitan sentirse protegidos por otros. Este
hecho les incapacita en gran medida, ya que lastra su desarrollo personal y
dificulta sus relaciones sociales, asociándose con sentimientos de soledad y
sensación de dependencia.
Consecuencias del síndrome de Peter Pan
Aunque Peter Pan pudiera vivir en un mundo de fantasía, las
personas que lo imitan no. El síndrome de Peter Pan trae consigo importantes
alteraciones emocionales y conductuales. A nivel emocional son frecuentes los
niveles de ansiedad elevados y de tristeza, pudiendo adoptar estos últimos la
forma de depresión cuando no son tratados. Al mismo tiempo, la persona se
siente poco realizada con su vida, ya que el no asumir responsabilidades le
hace también no disfrutar de los retos, lo que indudablemente repercute en sus
niveles de autoestima.
Finalmente, en los casos más extremos y extravagantes,
podrían aparecer trastornos del pensamiento como el delirio, si bien en estos
casos, muy probablemente exista una alteración psiquiátrica que la justifique.